Antes de meterte en faena, que es una decisión bastante radical, es crucial responder a la pregunta de si debería borrar todas los artículos de mi blog y crear otros usando un plan de contenido. Lo más inteligente es echarle un ojo a todo lo que tienes. Por experiencia, creo que esto es clave para saber qué artículos todavía funcionan, cuáles se han quedado cortos y cuáles siguen atrayendo gente desde Google.
Para hacer este análisis inicial, me fijo en varias cosas clave que me dan una imagen clara del estado de cada publicación y del blog en general.
- ¿Cómo anda de SEO? ¿Aparecen las páginas en Google y otros buscadores?
- ¿Sigue siendo útil la info? ¿Sirve todavía para los que leen el blog?
- ¿Hay movimiento? ¿La gente comenta, comparte o interactúa de alguna forma?
- ¿Cómo se lo toman los visitantes? ¿Se quedan leyendo o se van enseguida?
Mira, si tu blog es de algo muy técnico o específico, a menudo basta con darle una vuelta a los posts antiguos para que sigan valiendo. Pero si hablas de cosas que cambian muy rápido, como tecnología o las últimas tendencias, es normal que muchos posts ya no sirvan y necesiten un buen repaso o, directamente, mandarlos a la papelera.
Mejor actualizar o darle una nueva vida antes que borrar
Borrar… eso debería ser el último recurso. Sinceramente, prefiero mil veces actualizar y sacarle partido a lo que ya existe. De esta manera conservas la autoridad y el posicionamiento que te has currado en Google, algo que es un verdadero fastidio recuperar si lo tiras todo por la borda de repente.
Para que tu contenido esté siempre al día y siga aportando valor, te recomiendo seguir estos pasos de forma periódica:
- Poner al día datos, cifras y arreglar enlaces que no funcionan.
- Retocar las partes que se han quedado viejas o no se entienden bien.
- Añadir información nueva que le dé un plus y haga el artículo más completo.
Solo si un post es una auténtica pérdida de tiempo, está mal del todo o le hace daño a tu estrategia, entonces sí, piensa en borrarlo o archivarlo. Y oye, ¡no te olvides de poner redirecciones 301! Así evitas perder visitas, traspasas parte de la autoridad SEO y te libras de que aparezcan los pesados errores 404.
Un buen plan de contenidos marca la diferencia
Un plan de contenidos, básicamente, es tu mapa para crear, publicar y mover contenido de forma organizada y pensando en tus objetivos. No es solo una lista de ideas, sino una estrategia completa que define de qué vas a hablar, cuándo y dónde publicarás, y cómo vas a medir si todo ese esfuerzo está funcionando.
Tener este plan te ayuda a conseguir metas específicas, como atraer más visitas, mejorar tu posicionamiento en Google o hacer que tu marca se conozca más. Es la diferencia entre disparar al aire y apuntar con precisión a un objetivo claro.
Lo que ganas con un plan de contenidos bien hecho
SEO y que te encuentren mejor en Google: Si tienes un plan, puedes centrarte en las palabras clave importantes para tu negocio, asegurarte de que tu contenido esté siempre a la última y responder mejor a lo que la gente busca. Esto te permite crear grupos de temas (clústeres) que refuerzan tu autoridad en un área específica, algo que a Google le encanta. ¿El resultado? Que aparezas más arriba en los resultados de búsqueda de forma consistente. Para mí, esto es vital para que un blog crezca de manera sostenible y atraiga tráfico cualificado sin depender constantemente de la publicidad.
Que venga gente que sí te interesa: Cuando sabes a quién te diriges y qué le quita el sueño, creas contenido que conecta de verdad. Un buen plan se basa en un perfil claro de tu lector ideal, lo que te permite atraer visitas que realmente quieren lo que ofreces. Así es mucho más fácil que se queden como lectores habituales, se suscriban a tu newsletter o, quién sabe, se conviertan en clientes. Dejas de atraer a curiosos para centrarte en una audiencia que valora tu trabajo.
Conexión con tu audiencia y que te vean como un experto: Publicar contenido de calidad de forma regular ayuda a crear una comunidad que se engancha con tu marca. La gente empieza a confiar en ti porque demuestras saber de lo que hablas, posicionándote como una referencia en tu sector. Esta confianza es un activo muy valioso. Fomenta la lealtad, genera conversaciones y hace que tu propia audiencia se convierta en embajadora de tu marca, compartiendo tus artículos de forma natural.
Aprovechar mejor tu tiempo y esfuerzo: Con un plan, te dejas de improvisar y de perder el tiempo en ideas que no aportan nada a tus objetivos. Te permite organizar tu calendario editorial, adelantar trabajo y sacar más partido a cada pieza que creas. Además, te ayuda a evitar el temido «bloqueo del escritor». Al tener los temas definidos de antemano, el proceso de creación se vuelve mucho más fluido y eficiente, liberando tu mente para centrarte en la calidad.
Cómo montar un plan de contenidos desde cero
1. ¿Qué quieres conseguir y cómo lo medirás?: Antes de escribir ni una línea, ten claro qué buscas con tu blog. ¿Más visitas orgánicas? ¿Captar leads para tu negocio? ¿Educar a tu audiencia sobre un tema? Define objetivos claros y medibles (SMART). Después, ponle nombre a cómo vas a saber si lo estás logrando. Establece KPIs (Indicadores Clave de Rendimiento) concretos: aumento de visitas, tiempo de lectura, tasa de conversión, número de suscriptores, etc. Sin medición, no hay mejora.
2. Investiga qué busca la gente y quiénes son tus lectores: Saber qué buscan tus usuarios y cómo lo hacen te ayuda a elegir temas que de verdad les den en el clavo. Utiliza herramientas de palabras clave y analiza foros o redes sociales para entender sus problemas y necesidades reales. Si defines bien quién es tu público (creando un «buyer persona»), te será más fácil adaptar el tono, el lenguaje y el contenido a sus expectativas. Hablar su mismo idioma es fundamental para conectar.
3. Mira la competencia: ¿qué hacen los demás?: Echar un vistazo a lo que hacen otros en tu mismo campo te da muchísima información. Analiza qué temas cubren, qué tipo de contenido les funciona mejor y, sobre todo, qué se están dejando en el tintero. Este análisis no es para copiar, sino para encontrar huecos y oportunidades. Te ayuda a diferenciarte, a ofrecer un ángulo único y a no hacer lo mismo que todos los demás. Así puedes destacar en un mar de información.
4. ¿Qué formatos y temas usarás?: No te quedes solo en escribir artículos de blog. Un buen plan de contenidos contempla una mezcla de formatos para mantener a la gente enganchada: vídeos, infografías, podcasts, guías descargables, webinars… Piensa qué formato se adapta mejor a cada tema y a las preferencias de tu audiencia. La variedad no solo hace tu contenido más interesante, sino que también te permite llegar a diferentes segmentos de público que prefieren consumir información de distintas maneras.
Calendario: ¿Cuándo publicas y qué?
La frecuencia importa: Decide cuántas piezas de contenido puedes crear con buena calidad y sin dejarte la vida en ello. Puede ser una publicación diaria, una vez a la semana o al mes. Lo importante no es la cantidad, sino la consistencia. Es mucho mejor publicar un artículo excelente a la semana de forma constante que cinco mediocres una semana y ninguno la siguiente. La regularidad crea un hábito en tu audiencia y le da buenas señales a los motores de búsqueda.
Temas principales y pilares: Define las grandes áreas temáticas de las que va a hablar tu blog. Estos «contenidos pilares» son artículos largos y muy completos sobre los temas más importantes para tu audiencia y tu negocio. A partir de estos pilares, puedes crear contenidos más específicos (clústeres) que enlacen de vuelta al pilar principal. Esta estrategia no solo organiza tu contenido, sino que también fortalece tu autoridad temática a ojos de Google.
¿Dónde vas a compartirlo?: Un contenido genial no sirve de nada si nadie lo ve. Piensa dónde vas a mover tus publicaciones: en el propio blog, en distintas redes sociales, a través de tu lista de email, o colaborando con otros blogs. Adapta el mensaje a cada canal para maximizar su impacto. No es lo mismo compartir en LinkedIn, que es más profesional, que en Instagram, que es más visual. Una buena estrategia de distribución es tan importante como la creación.
Ideas para darle caña al contenido nuevo y al que ya tienes
Pon a punto los artículos que ya están: Revisar y mejorar los posts que todavía atraen visitas es una forma genial de mantener tu blog vivo y relevante. Puedes actualizar datos, mejorar la optimización SEO con nuevas palabras clave y añadir elementos visuales como vídeos o infografías. Esta táctica, conocida como «content refresh», suele dar resultados de posicionamiento mucho más rápidos que crear un artículo desde cero, ya que aprovechas la autoridad que esa URL ya ha ganado.
Crea contenido que mole y sea útil: Cada artículo nuevo debería estar bien investigado, pensado para tu público y optimizado para que Google lo encuentre. Usa títulos que enganchen, incluye las palabras clave de forma natural y utiliza un formato que sea fácil de leer y escanear. Aporta siempre un valor añadido. No te limites a repetir lo que otros ya han dicho. Ofrece tu propia experiencia, un punto de vista diferente o datos nuevos. Esto es lo que hará que tu contenido destaque y sea memorable.
¿Hay veces que sí se debe borrar algo?: Sí, las hay. Si un post ya no pega con la línea de tu marca, tiene información equivocada que no se puede arreglar o está generando una mala experiencia de usuario (por ejemplo, tiene una tasa de rebote altísima), entonces piensa en borrarlo. Eso sí, antes de darle al botón de eliminar, asegúrate de que esa URL no tiene enlaces entrantes de calidad ni recibe tráfico. Si los tiene, acuérdate siempre de hacer una redirección 301 a un artículo relacionado para no perder esa autoridad ni esas visitas.
Los fallos más típicos al crear un plan de contenidos
Crear un plan es un gran paso, pero es fácil caer en ciertas trampas que pueden echar por tierra todo tu esfuerzo. Presta atención a estos errores comunes para evitarlos desde el principio y asegurar que tu estrategia sea sólida.
- No tener claro qué se busca ni cómo medirlo.
- No conocer ni investigar a quién le escribes.
- Ser irregular al publicar.
- Dejar el contenido antiguo sin tocar.
- No usar diferentes formatos o canales para difundir.
- No mirar los resultados ni ajustar lo que haces basándote en datos.
A resolver dudas sobre cómo llevar el contenido de un blog
¿Si borro contenido antiguo, mi SEO se va al traste?: No necesariamente. De hecho, quitar contenido que no está bien hecho o que es irrelevante (lo que se conoce como «content pruning») puede ser bueno para tu SEO. Ayuda a Google a centrarse en tus páginas de más calidad y mejora la experiencia general del usuario. El peligro está en hacerlo sin pensar. Si borras páginas a lo loco, te puedes quedar con enlaces rotos y perder tráfico valioso. La clave es poner redirecciones 301 a páginas que sí valgan la pena. Yo siempre lo recomiendo para no perder lo que ya te ha costado conseguir.
¿Es mejor reescribir o borrar?: Casi siempre, actualizar o reescribir es la mejor opción. Así mantienes la autoridad de la URL (antigüedad, backlinks) y simplemente mejoras la calidad del contenido para que vuelva a ser útil y competitivo. Solo deberías borrar si el contenido es imposible de adaptar, ya no tiene nada que ver con tu línea editorial actual o es perjudicial para tu marca. En el 90% de los casos, una buena actualización es el camino correcto.
¿Cada cuánto debería poner al día mi contenido?: A mí me gusta revisar y actualizar el contenido importante cada seis o doce meses para asegurar que siga siendo relevante y esté bien posicionado. Sin embargo, esto depende mucho de tu sector. Si estás en un nicho que cambia muy rápido, como el marketing digital o la tecnología, puede que necesites hacer revisiones trimestrales. Lo ideal es crear un calendario de auditoría de contenidos para que esta tarea sea parte de tu rutina y no algo que haces solo cuando hay problemas.
Y para ir terminando…
¿Te has planteado alguna vez hacer borrón y cuenta nueva en tu blog? Mi consejo es que antes de hacer algo tan drástico, pienses que el contenido es como un huerto: no siempre hay que arrancarlo todo para que dé buenos frutos. A veces, con un poco de poda, agua y abono, vuelve a lucir espectacular.
Actualizar, reescribir y tener una estrategia clara son la clave para que tu blog crezca fuerte y sano. Un buen plan de contenidos te dará la dirección, mientras que cuidar lo que ya tienes te ayudará a consolidar tus resultados.
Cuéntame tú:
- → ¿Has hecho alguna vez una revisión a fondo de tu contenido?
- → ¿Qué harías tú para darle vidilla a tus publicaciones antiguas?
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